Cinco niños jugaban a la lleva una noche de luna llena frente a sus casas: Carlitos, Lucía, Mateo, Martina y Jairo. Reían y corrían entre los árboles y las terrazas, esquivando las manos de Carlitos, cuando la mamá asomó por la ventana:
—¡Carlitos, adentro! ¡Y ustedes también, ya es tarde! ¡A dormir!
—¡Por favor, señora, un ratito más! —rogó Lucía.
—¡Ni uno! —dijo la mamá, cruzando los brazos—. La Zorra Pelá sale a cazar y viene por los niños que no están dormidos.
Tres de ellos —Carlitos, Lucía y Mateo— se fueron corriendo a sus casas. Pero Martina y Jairo se quedaron callados hasta que todos se fueron.
—Tonterías de viejos —susurró Jairo, sacando su teléfono y dirigiéndose a su casa.
—Juguemos más tarde en línea —le dijo Martina.
Jairo asintió y cada uno entró a su casa.
Las horas pasaron y los dos seguían despiertos, enganchados a sus pantallas, riéndose de videos y jugando en línea. Tan absortos estaban que no sintieron el extraño ruido que surgió de la pared detrás de ellos, ni el susurro de un arrullo de cuna que nunca les habían cantado. La voz extraña fue subiendo de volumen.
Pero la Zorra ya estaba allí, agazapada entre ellos, riéndose.
—Perdieron —dijo, abriendo imposiblemente su mandíbula llena de colmillos.
Devoró primero a Martina, dejando correr a Jairo mientras se la comía. Luego, sin esfuerzo, alcanzó a Jairo, que se desmayó antes de ser devorado.
Al día siguiente, Carlitos, Lucía y Mateo buscaron a sus amigos por todo el pueblo. Nadie los encontró. Solo quedaron manchas negras en las paredes de sus cuartos y un olor a podrido que duró semanas.
Ahora, los niños siempre se acuestan temprano.
Por si acaso.
Porque la Zorra Pelá siempre tiene hambre.
Y espera cualquier oportunidad para devorar.
¿Te gustaría contar tu historia con tu encuentro o tu versión de la Zorra Pelá?
Esta historia me gustó mucho y me lleva a recuerdos de cuando era niña y mi abuela, mi tía o mi mamá me cantaban una canción de cuna referente a la zorra pela.
cuando alguna de ellas me arrullaba con dicha canción recuerdo que en mi mente mientras me daba sueño me imaginaba que la zorra pela era una señora con una carretilla qué se llevaba a los niños, y esta ilustración le da una nueva cara a la que yo imaginaba y me gustó leer este relato y ver a su vez ver como se va ilustrando.
Muchas gracias Adriana por tu comentario y contribución a la tradición, me ayudarías mucho si compartes este proyecto con todos tus conocidos
Reexistencia Híbrida
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